HISTORIA



Judo: Historia de los deportes de combate

            Las manifestaciones luctatorias han sido una constante en la vida del ser humano, remontándose su origen a la defensa de la vida y la integridad física frente a aquellas situaciones que han hecho peligrar su supervivencia. Por ello significa Weule (1994) que “la lucha es tan universal como la guerra misma”. De manera que entre las actividades de adiestramiento de los “jóvenes primitivos”, se incluiría la “participación en competiciones de lucha”.
            En definitiva es correcto afirmar que los orígenes de la lucha concuerdan con la aparición del hombre sobre la tierra.

            Han transcurrido cientos de años desde que los monjes budistas se dirigían hacia Japón, teniendo como objetivo final de su viaje establecer en ducho país su religión y costumbres. Con ellos dejaron en sus asentamientos prácticas religiosas, arte, pintura, formas de construcción así como sus artes físicos o marciales.
            Estos monjes, en su trayectoria hacia esas tierras, eran atacados por bandidos en los caminos, los que pretendían despojarlos de sus objetos personales. En virtud de esto, los religiosos comenzaron a desarrollar como un medio de defensa, toda una serie de artes defensivas a mano limpia que se conocerían como Jiu Jitsu.
            El Jiu Jitsu cobra gran importancia durante la era Tokugawa, donde los Samuráis Daimio (samuráis que habían dejado las armas por una prohibición) estudiaron los puntos débiles de la anatomía humana, llevando dicha arte marcial a un alto grado de perfeccionamiento.  

            Años después, Akijama Yoshitoki fundó una escuela que llevó el nombre de “Joshinryou” o médula de sauce. De esta observación se deduce la importancia del no oponerse a la fuerza y de ceder ante ella, ya que así se vence a la resistencia con la no resistencia.

El Maestro Jigoro Kano, fundador del Judo
            En 1882 Jigoro Kano, un entusiasta del Jiu Jitsu, estudió todos los pormenores de este arte y se dio cuenta que carecía de una tónica de perfección espiritual. Percatado de esta notable carencia, dedicó gran parte de la adolescencia al estudio de este arte y de otros existentes, para lo cual modificó este sistema ambientándolo a la tónica, que hoy disfruta el deporte que creó: el JUDO.